Los daños provocados por la explosión de 2.700 toneladas de Nitrato de Amonio en Beirut, superan los 3.000 millones de dólares. Mientras tanto los libaneses tratan de limpiar los escombros que dejó el suceso. Algunos voluntarios se han hecho presente en los sitios más afectados con palas y escobas para ayudar a los que lo han perdido todo.
Por su parte HRW, solicita una investigación independiente sobre los hechos y poder establecer con claridad que fue lo que pasó y otros detalles de interes. Mas de 200.000 personas han quedado sin hogar, ya que la magnitud de la explosión, derribó edificios y casas. Los que aún conservan su techo, quedaron con sus enseres destruidos y perdidas materiales significativas.
"Tenemos poca información, se habla de más de cien desaparecidos", asegura la cooperante española. "Hablamos de un país con un elevado número de refugiados con tres hospitales inservibles",
explica Navarro antes de apuntar que "toda la actividad del puerto, por
donde entra el 80% de los productos, se ha trasladado al de Trípoli".
El ministro de Salud libanés, Hamad Hassan, ha informado que se
mantienen contactos con países árabes y europeos para asegurar la
llegada de ayuda médica al país, y se están haciendo trabajos de coordinación para determinar las necesidades y la instalación de hospitales de campaña.
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