“El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, dice un pasaje de la Biblia. Lo mismo se puede aplicar con nuestras deudas, alguna vez las hemos tenido, desde el vecino que va a la tienda y le dice al tendero ‘Apúntemelo en la cuenta, después le pago”, hasta los que viven con créditos de más de $50 millones en adelante, porque compraron una casa o no les alcanzó para sus estudios y se financiaron.
Sin embargo, esa costumbre se puede volver en mala compañía. Estudios realizados en Colombia señalan que cuando les preguntan a las personas qué tanto temen perder su empleo, una gran proporción, cercana al 60% manifiesta esa preocupación. Pero, al tomar una deuda, normalmente responden que van a pagar su siguiente crédito con el salario de su trabajo, que es su principal fuente de empleo
Esa aparente contradicción lleva a pensar ¿Si temen por su trabajo, no deberían tener un mejor plan para pagar sus deudas? Y aunque parece que solo hay una sola respuesta, lo cierto es que las personas prefieren pensar cosas como:
-“Dios proveerá”
-“La plata se consigue”
-“Lo importante es que haya salud”
Y frases que solo son bloqueadores para afrontar la verdadera cuestión. Podemos pagar nuestras deudas, lo importante es tener confianza, disciplina y un plan. No hay que ‘morir en el intento’ mientras se completa este objetivo. Por eso, le dejamos estas recomendaciones generales que puede poner en práctica.
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